6.1. Huesa del Común. Visita. Castillo

25 -5-2010. Salen de Zaragoza a primera hora de la mañana por la N-232 con destino Huesa del Común. Después del Burgo de Ebro se desvían a la derecha por la A-222; pasan por Mediana, Belchite, Lécera y paran un momento junto a Muniesa para hacer la foto a la magnífica vista del pueblo. Éste está presidido por la monumental torre mudéjar del siglo XVI de la iglesia de Nª Sª dela Asunción, Monumento Nacional desde 1931 y Patrimonio dela Humanidad porla UNESCO desde 2001, al ser parte integrante del Mudéjar de Aragón.

Torre mudéjar de Muniesa. Torre mudexar de Muniesa

La torre mudéjar de Muniesa tiene 55 mts. de altura, cinco cuerpos de ladrillo de diferentes medidas y con decoraciones mudéjares bellísimas en cada uno de ellos; es la única octogonal de la provincia de Teruel, siendo sus formas muy parecidas a las de la torre dela Colegiata de Santa María de Calatayud.

Continúan camino y justo cuando ven el lugar de Cortes de Aragón, antes de llegar, se desvían por la A-2514.Pasanrápidamente por Plou y enseguida ven una espléndida vista general de Huesa; tanto les gusta que paran un momento para hacer algunas fotos del lugar con su imponente castillo hacia el fondo.

Vista de Huesa del Común. Ambiesta de Güesa del Común

Reanudan la marcha mientras M. Martín le comenta a su Tocayo cuál es la principal razón para visitar Huesa del Común: resulta que 30 años antes M. Martín tenía un compañero de trabajo, llamado Luciano Yus, que era de este lugar;  a pesar de la diferencia de edad (Luciano era sesentón, mientras que nuestro Zerri sólo veinteañero) tenían muy buena sintonía: M. Martín recuerda de Luciano Yus –aparte de que era muy trabajador y buena persona-  su claro carácter aragonés, en el hablar y en las formas, y también que le contaba algunas cosas de Huesa, sobre todo que tenían un monumental castillo “de los tiempos de los moros” que se comunicaba con el pueblo por subterráneos; el mismo Luciano aseguraba haber entrado por algunos de estos túneles cuando era niño, pero no muy adentro pues “s’habían enrunau”.

Otro detalle del que se acuerda M. Martín es que, como por aquellas fechas (1980) ya chapurriaba el aragonés recién aprendido, a veces les hacía algún charrazo a los compañeros, y Luciano le decía: «me gusta mucho la FAULA y muchas palabras de las que dices las usábamos en el pueblo»; a M. Martín le sorprendía siempre eso de “FAULA”, más adelante pudo comprobar que esa era la denominación frecuente de la fabla aragonesa por tierras teruelanas (al menos en la zona central de la provincia y entre las gentes de más edad).

Llegan a Huesa y buscan aparcamiento en la sombra, pues el sol comienza a pretar. Nada más dar los primeros pasos se cruzan con dos mujeres en la calle Mayor, con ellas comentan la buena pinta del castillo; la conversación se enrolla, les dicen que el señor del castillo era un tirano y “tenía drecho de pernada y todo”; al final, una de estas señoras les propone que le acompañen a su casa, para mostrarles una revista local. Esta señora se llama Felisa Herrero; les hace pasar por dentro de la casa donde ven el hogar y le piden permiso para fotografiarlo, así como unas tenazicas que les enseña y que les dice que las hizo su padre que –precisamente- era herrero.

Dos tenazicas hechas por el padre de Felisa Herrero, que era como el apellido. As tenazicas en custión

Les enseña la revista OSSA (nombre antiguo de Huesa), se trata de un número monográfico dedicado a “El Almadeo” –que es la zona del término de Huesa situada detrás del castillo-, los Zerris hojean un poco la revista y se dan cuenta de su interesantísimo contenido, así que le preguntan a la señora Felisa si está a la venta. Les responde que la hacen los de la asociación cultural local “Castillo de Peñaflor” y que pregunten en el bar; para sorpresa gorda de los Zerris les dice también que se lleven la revista, que ya la devolverán después cuando hayan conseguido otro ejemplar o se haya apuntado lo que les interese… como muestra de confianza y amabilidad, los Zerris le están bien agradecidos y además le proponen fotografiarla, pero ella les dice que no. Como los Zerris insisten, su respuesta ahora es: «p´hacer algo a repelo, más vale no hacélo», añadiendo: «es que a los hijos no les gusta que me retraten».

También M. Martín le pregunta por Luciano Yus, explicándole de que lo conocía, y señora Felisa le dice que falleció ya hace años (lógico, pues de estar vivo ahora tendría más de noventa años). Para terminar les nombra algunos topónimos urbanos de Huesa: la Replazeta de l´Arrabal, los Arcos de la Virgen del Pilar, del Recogedor, de la tiá Manga («ande está el bar») y de la Posada, y la «Puerta de los Señoritos».

Marchan por las calles de Huesa siguiendo las indicaciones de señora Felisa; el recorrido hacia el bar les lleva por el centro de la localidad, lo cual aprovechan para ir viendo las principales calles con sus antiguas casas solariegas, en algunas todavía están los blasones o escudos de linaje;

Escudo de piedra en la fachada de una casa. Escuto de piatra en a frontera de una casa

también les sorprende las aldabas o llamadores de algunas puertas. Pasan por el “Portal del Este”

Portal del Este. Portiello de l’Este

y enseguida llegan al “Portal de la Virgen María”, medieval, con tres arcos apuntados

Portal de la Virgen María. Portiello d’a Birchen María

y un cuarto un poco más adelante, por el que se entra en la plaza Mayor.

Bonito rincón de Huesa. Polida cantonada de Güesa

Aquí lo más reseñable es la vieja Casa de la Villa, que la están restaurando y arreglando poco a poco desde hace algunos años. Los dos Zerris se van dando cuenta de que Huesa del Común es una villa con mucha entidad histórica y arquitectónica, y van haciendo fotos a los detalles de las casas solariegas que encuentran más atractivas: aldabas, alguna ventana enrejada, la puerta del viejo Ayuntamiento, algún bajorrelieve interesante en una fuente…

La puerta del viejo Ayuntamiento. A portalada d’o Conzello

Tal y como les había indicado señora Felisa, desde la plaza se desvían hacia la derecha por un pasadizo cubierto entre dos casas que lleva al final de la Casa de la Villa, en donde está la taberna; pero en vez de entrar, se lo piensan un momento, decidiendo al final dejarlo para después de comer. Mientras tanto, para hacer tiempo y gana, subirán al Castillo.

Iglesia y Castillo de Huesa del Común. Ilesia y Castiello de Güesa

Primero pasan por la iglesia parroquial de San Miguel, de estilo barroco y de principios del siglo XVII; tanto su fachada como la alta torre son de ladrillo, con influencias mudéjares sobre todo en la torre, que presenta tres tramos de diferente morfología cada uno. Van dejando el núcleo urbano y pasan por una zona de parideras, corrales y bodegas, mientras buscan el mejor camino para subir la cuesta que les deje en el castillo;

Puerta de entrada a una bodega. Entrador ta una bodega

lo encuentran al fin, es una senda pequeña que les lleva por un sendero cada vez más inclinado, pleno de hierba y de flores primaverales. De cuando en cuando se giran para observar las casas de Huesa y, cuando están cerca de llegar al castillo, empiezan a hacer fotos a todo:

M. Pérez, abajo Huesa del Común. M. Pérez, abaxo Güesa

los muros de la fortaleza, el restaurado neverón junto al cementerio –un poco apartado de la población-,

El neverón restaurado. O neberón esbiellato

la vista general de la villa, las rocas dela Sierra Oriche, el paisaje de la redolada…Todavía estarán rondando un buen rato en los muros del recinto y junto a los torreones, asomando hacia el desfiladero de la foz del Aguasvivas y las muchas partidas y campos del Almadeo.