19. MILLAU
3-7-2008. Millau (Amiliavum, Amilhau, Milhau, o campo de Aemililus, diminutivo de Emilio) es una ciudad del departamento de Aveyron, en la región Midi-Pyrenées, tiene 22.000 habitantes y está situada a 379 m. de altitud sobre el río Tarn, en la confluencia con el río Dourbien y en la entrada del Parque Natural Regional de las Grandes Causses.
El 120 a.C. Millau era una de las principales ciudades de los galos rutenos, que durante la dominación romana le decían “Condatomagus” (“mercado del confluente” en galo). La ciudad llega a ser un centro de fabricación de alfarería “sigillata” exportando a todo el imperio romano, pero tras la decadencia, la ciudad desaparece.
El 875 Millau es la primera documentación de Millau como Amiliavum. El 916 nace el Vizcondado de Millau, siendo la ciudad protegida de los condes de Provenza, de los de Barcelona, de los Reyes de Aragón y de los condes de Tolosa, antes de pasar a la corona francesa el 1271.
El 1172 el rey de Aragón Alfonso II anexiona Millau a la Corona de Aragón. El 1187 una carta del rey confirma los derechos de Millau y de sus seis cónsules -libertad de administración jurídica social y política para sus habitantes- recibiendo las armas del rey de Aragón. Alfonso será el primer rey que otorga el empleo de las barras de Aragón, y Millau la primera ciudad que las recibe; se trata del otorgamiento del “vexillum nostrum” –el estandarte real- para empleo exclusivo en el sello de la villa, que por tradición transformará en el actual sello concejil.
Desde entonces todos los reyes aragoneses lo reconocerán como el signo real que los identifica como reyes de Aragón. El 1204 el rey Pedro II de Aragón, su hermano Alfonso, conde de Provenza, y su cuñado el conde de Tolosa se reúnen en Millau para firmar un pacto de defensa mutua, denominado “Tratado de Millau”; un paso decisivo en la idea de incorporar estados de Occitania al dominio del rey de Aragón.
Como curiosidad, decir que en estos momentos, una concejala de Millau se llama Danielle Aragon y una calle tiene el nombre: “de los Reyes de Aragón”.
En el siglo XVI Millau era una ciudad protestante, siendo devastada durante las guerras religiosas que destruyeron una gran parte de su patrimonio. Desde el siglo XIX Millau se ha desarrollado gracias a la industria del cuero y del guante.
Millau tiene rincones muy bonitos, se van dando cuenta mientras pasean por su casco antiguo y sus calles estrechas y animadas. En la calle de la Capelle M. Martín visita una librería; mientras, M. Pérez entra en una tienda naturista donde comprará fruta ecológica y otros productos de esta índole.
Llegan a la plaza del Beffroi, entrando en la concurrida oficina de turismo, donde les atiende una joven en español. A la salida, y en la misma plaza, se encuentran con lo más importante de Millau: la Atalaya, una cuidada construcción de casa-torre-atalaya, rara y sorprendente, compuesta de una torre cuadrada de finales del siglo XII y la gran torre superior octogonal del siglo XVII; probablemente este conjunto esté ubicado en un primitivo castillo. Se empleó como prisión hasta el 1825.
Traducen el importante contenido histórico de los dos rótulos agregados a la pared del monumento que recuerdan la dominación del rey de Aragón Alfonso II sobre Millau:
“Una torre del homenaje en plena villa “.
“El origen, el símbolo de la fuerza señorial, la torre de la Atalaya se hace en el siglo XVII, símbolo de una autoridad municipal con 500 años de antigüedad. Efectivamente, el 1 de abril de 1187 Alfonso, rey de Aragón y conde de Barcelona, concede a los millaveses las libertades municipales que les permiten una administración consular”.
“La Atalaya”.
“….Yo, Alfonso, por gracia de Dios Rey de Aragón, Conde de Barcelona y Marquès de Provenza, a todos nuestros fieles habitantes de la villa de Millau, presentes y futuros…..queremos que los habitantes de Millau tengan un consulado bien establecido…. Y concedemos un sello común a los Cónsules y al Municipio, con nuestra firma y las suyas, así como nuestra bandera. Hecho en Gerona, en las calendas de abril, el año de la encarnación del Señor 1187”.
Continuando el recorrido cerca de la plaza Foch, observan la torre octogonal de la iglesia de Notre-Dame de l’Espinasse, de origen románico reconstruida en el siglo XVI-XVII.
Llegan a la plaza de los Halles, allí está el mercado de abastos donde M. Martín compra fruta; de vuelta observan la torre de la iglesia de St. Martin del siglo XVII, reformada en el XIX, y más adelante las torres de la iglesia de Sacré-Coeur.
A la salida de Millau, desde el puente Lerouge, ven los vestigios del antiguo puente medieval sobre el Tarn, y en el que sobresale un molino del siglo XV.
Desde aquí, distinguen claramente el viaducto de Millau, hecho el 2004, el puente más alto del mundo con 343 metros de altura y una longitud de 2.460 metros.
Salen con destino a Albi que está a más de 100 km. pero, antes, se desviarán para visitar el pueblo fortificado de La Couvertoirade que se encuentra a 42 km. hacia el sur.